Durante muchos años, Segura ha sido un punto de paso obligado entre Castilla y Francia, y todavía hoy se conservan algunas casas solariegas y palacios de la época como Palacio Ardixarra (sede del Centro de Interpretación Medieval), Palacio Lardizabal (Ayuntamiento), así como la iglesia Parroquial de la Asunción. El municipio conserva su casco almendrado intacto.
Segura es conocida por las procesiones de Semana Santa: son diez los pasos que salen el Jueves y Viernes Santo y el más conocido es el paso de Jesucristo Crucificado, del escultor sevillano Juan Martínez Montañés; otros actos reseñables son el día de San Nicolás, el campeonato de Euskal Herria de baile al suelto y su feria medieval, que traslada la localidad a la Edad Media.